domingo, 4 de noviembre de 2007

I


Diez años es un largo tiempo. Tal vez no lo sea en términos cósmicos o desde un punto de vista histórico, mas para un individuo tan simple, insignificante e infinitamente microscópico como Humberto Gazca, diez años resultó un lapso capaz de cambiar su vida de manera radical. ¿Qué quedaba ahora, en los inicios de la segunda mitad de la primera década del siglo veintiuno, del Humberto de los inicios de la segunda mitad de la última década del siglo veinte? ¿Qué había aún de aquel sujeto, más o menos patético, quien por amor se vio inmiscuido en una serie de lamentables incidentes que derivaron en la muerte de tres hombres, todo para que finalmente las cosas siguieran como se encontraban en un principio? ¿Qué restaba de él, de ese periodista sin trabajo fijo, quien apasionado hasta la ceguera por una mujer se creyó capaz de asesinar y de cometer actos que antes jamás habría imaginado? Diez años es un largo tiempo y durante ese periodo algunas vidas suelen cambiar sobremanera. Era el caso de Humberto Gazca.
Mucho quedaba, claro, del Gazca inseguro, tímido, introvertido, dubitativo, pero al mismo tiempo mucho había cambiado dentro y fuera de aquella personalidad. Su situación resultaba tan diferente que ahora su nombre era relativamente conocido en algunos medios, muy en especial en el del periodismo y no sólo el que se relacionaba con el rock. Diversos hechos afortunados lo habían colocado en la dirección de una revista de música y cultura y, gracias a ello, también colaboraba con una columna semanaria en uno de los diarios más importantes de México. Había publicado una novela semibiográfica, otra más aguardaba el dictamen de una editorial y hasta se había dado el lujo de fundar a su propia banda de rock, presentarse con ella en diversos foros y empezar a grabar su primer disco de manera independiente. Para un tipo que rebasaba el medio siglo de vida, aquello era algo francamente recompensante.
En cuanto a su relación con las mujeres, también en ese punto las cosas eran distintas. Por alguna extraña razón que el propio Humberto adjudicaba a la intervención desde el más allá del espíritu de su padre, fallecido tres lustros atrás, a lo largo de los más recientes meses su suerte con el sexo femenino se había trocado de la manera más luminosa y feliz. Habrá que decir que al poco tiempo de superar su enfermizo y obsesivo enamoramiento con Ángela Miranda, la fotógrafa que por cerca de tres años convirtió su vida en un celestial infierno, recayó en el mismo patrón, repitió un idéntico esquema, se envolvió en una bandera igualmente enfermiza y obsesiva con otra mujer aun más joven que Ángela, una comunicadora tamaulipeca que conoció por internet y de quien se enamoró perdidamente. Sólo que esta situación no duró tres, sino siete años. Pero ya habrá tiempo y espacio para hablar más adelante de eso. El caso era que en su presente había más mujeres que nunca en toda su vida: amigas, amantes, amigas-amantes, amigas-semiamantes, amigas confidentes. Era un panorama dispuesto de tal forma que cualquiera lo vería como el Paraíso prometido por las religiones. Sin embargo, Humberto Gazca no era feliz. Había cometido un grave error: se había enamorado de nueva cuenta.

5 comentarios:

Unknown dijo...

Celebro contigo el arduo pero maravilloso camino de la independencia editorial.

Larga vida a Humberto Gazca.

Todo mi cariño, besos.

Matar por Ángela 2 dijo...

Muchas gracias, querida Ayelén.

Un beso.

Anónimo dijo...

¿¿¿De donde saca tiempo Hugo García Michel para escribir en un blog, dirigir una revista, tocar en un grupo de blues, enamorarse incesantemente, escribir una segunda parte de su novela en un blog, hablar de política en su columna del periodico, poner fotos en su myspace, iniciar un programa de radio en internet, etc etc.??? tan solo por mencionar algunas actividades que nos deja saber a traves de tantos medios electrónicos y escritos... ¿De donde?

¡¡¡Una vez más te felicito Hugo, cuídate mucho y diviértete!!!

Anónimo dijo...

IMPRESIONANTE, así defino tu trabajo. En mí tienes a una total y fascinada lectora... seguiré la historia.
Ale

Unknown dijo...

HOLA QUE TAL TE ENVIO UN CORDIAL SALUDO ME INTERESO TU OBRA MATAR POR ANGELA 2 PERO NO LOGRO CONSEGUIR LA PRIMERA PARTE MATAR POR ANGELA DONDE LO PUEDO ENCONTRAR